Si el chaquetón Belstaff, los tres cuartos Barbour, el impermeable tipo Husky y similares prendas de abrigo han permanecido en nuestro armario, desde hace más de un siglo, es por algunas de sus notables propiedades y características.
La característica fundamental es el resistente material encerado (impermeable y transpirable) con el que están confeccionados (a base de algodón egipcio y aceites naturales conocido como wax (cera) y thornproof). Suele emplearse algodón de fibra larga y extralarga egipcio.
La longitud de la fibra de algodón tiene varios efectos sobre el hilo del que está hecha, y en última instancia, el tejido en el que se teje. Cuanto más largas son las fibras de algodón, mejor pueden llegar a ser entrelazadas en el proceso de hilatura del hilo. Esto permite que el hilo hilado sea muy fino mientras que exhibe una alta resistencia a la tracción mientras que no sacrifica la durabilidad.
Su protección frente al viento y el frío son notables, pero además ofrecen una gran resistencia frente a los arañazos de la vegetación o el asfalto para los que fueron diseñados.
Sus colores originales son los verdes caquis de camuflaje, azules, grises y marrones empleados en las más diversas actividades al aire libre, deportes de aventura, pesca, actividad cinegética en el medio campestre, motorismo, etc.
Lo más meritorio de estas firmas es que a sus prendas más emblemáticas se las conoce con el nombre de su marca. Ya que nos resulta más instintivo referirnos a ellas con la denominación del apellido de su fundador, que con su adjetivo indicado.
