Nuestras prendas cumplen una función muy parecida a la que cumple la piel humana, esta ahí para protegernos de los agentes exteriores, de las agresiones que puedan llegarnos . Al igual que se hace con nuestra cara, manos, y cuerpo en general, las prendas han de ser cuidadas y conservadas adecuadamente para que luzcan como nuevas.
El uso que se les de, la falta de limpieza y conservación, el estar expuesta a todo tipo de inclemencias meteorológicas, etc. van haciendo mella sobre su prenda y se hara necesario e imprescindible que se repare, que se limpien, y se le vuelvan a dar aquellos acabados que tan importante función cumplian mientras su prenda conservaba todas sus propiedades aislantes, e hidrofugas.
La imagen de arriba muestra a las claras las consecuencias de un deficiente mantenimiento. Desgaste, perdidas generalizadas de color y aislamiento, rotos y agujeros, etc. son el resultado de ese dejar para más adelante.
Estas prendas son muy resistentes, pero al menos una vez al año (según el uso recibido) es recomendable una limpieza y una reposición de la cera dañada o perdida. De esta forma nos ahorraremos tener que realizar intervenciones sobre su prenda más costosas y en ocasiones con resultados no del todo optimos.
En la imagen derecha se puede apreciar como quedo el barbour tras una profunda limpieza y su posterior encerado con nuestras ceras especiales reparadoras. La prenda recupero una parte importante del color negro original, así como un aspecto y tacto tan característico de esta prendas.